martes, 21 de mayo de 2019

Fijeza y escritura...

El mañana no cae como una lápida en las personas. Conforme va haciéndose el presente, se moldea, le da también nueva forma a lo que fue el pasado. Pero el ser que tiene un pasado fijo, escrito, es de natural inerte, indeciso, como las estatuas de marfil de los juegos de niños. Otro le dicta la forma de su inmovilidad o le permite avanzar en un rango muy limitado.

Carmen Boullosa
El libro de Ana
(Alfaguara, México, 2016)