domingo, 30 de diciembre de 2007

Fin de año...

Ignoro qué tanto valga la pena despedir el año. Tengo la tentación de vilipendiarlo, eso sí, pero ha tenido eventos felices (los que no lo fueron son más numerosos, claro)...
Cero propósitos. Sea lo que deba ser...
Y felicidad, prosperidad, suerte o lo que sea de bueno para todos...

sábado, 29 de diciembre de 2007

Aparcados junto al océano

busco palabras dulces como la sombra de los árboles.
Mis ojos son los bosques.
La llegada del agua es un largo sueño.

Todas las cosas tienen la forma de mi mano.
Las ventanas se encienden. Algunos hombres miran
la oscuridad, saben lo que desean
pero no saben lo que necesitan.
El cielo quema. Hopkins
mira caer la nieve en los bosques nocturnos,
Robert Lowell mira desde un taxi las luces de Nueva York.

Aparcados junto al océano
nuestras palabras eran
las olas y el castillo contra el que dan las olas.
Palabras dulces, algo que no puedas
entender ni olvidar.
Vemos pasar los ángeles de Milton
y los cisnes salvajes de W. B. Yeats.
Al final del poema está la muerte.

Ángeles parecidos a la luz de un incendio,
cisnes como la sombra de los bosques.

Mi padre conducía siempre coches usados.
Los domingos, casi de madrugada,
cruzábamos despacio la ciudad: calles frías,
letreros encendidos, casas oscuras.

Los que dicen -escribe Paul Celan- la verdad
expresan sombras. La primera luna
es del tigre -decía Pound. Los días
eran largos, pero la vida es corta.

Mi padre buscaba estaciones de radio.
Yo veía las torres de la luz, el cielo
extraño de las fábricas.

La lentitud de los poemas mueve el agua de la mano.
Las palabras de ahora
arrojaban su sombra como un jardín
parece el movimiento oscuro de los cuerpos dormidos.
La sombra de un jardín es el silencio.

Aparcados junto al océano,
vi una estrella caer entre las luces rojas de la costa y pensé en mí.
Cierro el libro: como animales, como redes,
las sombras se retiran. La ventana
que ilumina el abismo, es también el abismo.

Busco palabras como la luz que sube desde el frío
de la noche al sonido azul de las palmeras.
El poema es una fuente: hundo
en él la mano, el agua pone anillos en mis dedos.
El poema es un cuerpo: lo acaricio,
la humedad de su piel deja en mi mano
un animal vacío.

Aparcados junto al océano
no hay palabras hermosas igual que enredaderas,
luces con corazón de leopardo en el oro de los parques;
no hay libros más hermosos que la vida.

Aparcados junto al océano
la noche es el libro; la muerte, una manzana.

Benjamín Prado
Cobijo contra la tormenta (Poesía 1986-2001)
[Hiperión, Madrid, 2002]

jueves, 27 de diciembre de 2007

Memorable

Me encontré con esta foto antigua (cortesía de Francisco Aguilera) en cierto site de la red (esmexico.com), lo especial es que se trata de la vieja Escuela 'Hermanos Talamante', la primaria en donde estudiaron mi padre y mis tíos, en la vieja Navojoa de aquellos días.
---El edificio, me dijeron siempre, data de los veintes, pero jamás he sabido con exactitud su año de construcción o la fecha de inicio de actividades. Yo estudié en la versión 'modernizada' de esa misma institución (erigida en los cincuentas, si mal no recuerdo) y, por supuesto, guarda para mí un sitio especial en la memoria.
---En esa vieja edificación de la foto, si el recuerdo de las palabras no se ha borrado lo suficiente, mi padre asegura que partió madres y le fue partida en más de una ocasión, recibió múltiples castigos (uno memorable: subió a la torre del edificio para matar tecolotitos con su resortera) y avergonzó los oídos de mi abuelo con más de un sermón del director que describió las linduras de su comportamiento infantil.
---¿Cómo no compartir esta fotografía? ¿Cómo hacerme el distraído para con la imagen distante de donde deambularon algunos de mis más cercanos vivos y muertos? Esta imagen me dice demasiado como para no colocarla aquí. Lamento esta venial cursilería, pero no me parece injusto rendir un modesto homenaje a un lugar que ha estado siempre en mi imaginación y, ahora, puedo verlo... Para que esa misma imaginación se transforme otra vez, y mienta más cosas...

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Tres de Ionesco...

- (...) inclusive es a causa de la literatura por lo que ya no llego a comprender nada. Es como si al hacer literatura hubiese gastado todos los símbolos sin penetrarlos. Ya no me hablan de una forma viva. Las palabras han matado a las imágenes, o las ocultan. Una civilización de palabras, una civilización extraviada. Las palabras crean confusión. Las palabras no son la palabra.
- Que me exprese con rigor o sin él, que la metáfora sea justao inadecuada, arrastrada por un verbalismo confuso y delirante, no tiene importancia; de todas maneras, el espíritu profundo se pierde en las explicaciones. La experiencia profunda no tiene palabras. Cuanto más me explico, menos me comprendo. No todo es incomunicable por las palabras, desde luego, sino la verdad viva.
- La palabra no muestra. La palabra parlotea. La palabra es literaria. La palabra es una fuga. La palabra impide que hable el silencio. La palabra ensordece. En lugar de ser acción, consuela como puede de no actuar. La palabra gasta el pensamiento. Lo deteriora. El silencio es oro. La garantía de la palabra debe ser el silencio.

Eugène Ionesco
Diarios (Ed. Páginas de Espuma, Barcelona, 2006)
[Traducción: Marcelo Arroita-Jáuregui -1968-]

jueves, 20 de diciembre de 2007

Dog from the past

Suelta palabras
y saldrán como perros furiosos
cuyo escándalo
podrá escucharse en la inmensa redonda
quizá como campanas
tal vez como un enorme y público edificio
de ruidos necesarios.

Contempla la jauría
que no demanda temor o fijaciones.

En medio de la turba
habita un perro solo y enfermo
(lo sé porque lo vi
muy claro en la risa de un amigo
que hablaba del pasado):
arroja su saliva en un ladrido vacío
inexplicable
salvo por una oscura cicatriz de bala
en la garganta.

(Este es otro poema de un libro en proceso, nada más digo, salvo que -como saben- puede hacerle bien que me llegue una que otra opinión sobre el texto... Siempre se agradece)

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Tres disparos de un escritor colombiano...

-Escribir para mí es el resultado de una búsqueda que tiene muy poco que ver con la literatura; es algo en el tejido nervioso, una salvaje necesidad de expresar lo absurdo e inapropiado que me siento en cada circunstancia. Creo ser una persona intuitiva y emocional, al mismo tiempo me divierte experimentar con diversas formas y niveles de lenguaje. Nunca me propuse ni pensé ser escritor; detesto a los escritores, me parecen fofos y aburridos. Escribir me permite reflexionar sobre las cosas que me obsesionan como el aislamiento a que nos somete el tipo de sociedad esquizofrénica que hemos construido o la forma como hemos convertido el sexo en mecánica funcional y el amor en una lánguida y perversa costumbre. Me gustaría empezar todo de nuevo, partir otra vez desde el génesis en compañía de Paulina Rubio.
-Bogotá es una urbe plena de contradicciones, una ciudad inmensa y, sin embargo, plena de humanidad. También feroz y despiadada, pero divertida. Hay miles y miles de sitios para ir a bailar, millones de bellas mujeres que saben amar y odiar en el mejor de los modos. El transporte, el ron y las putas son más baratos que en cualquier otra parte. La gente es muy educada, hasta los asaltantes suelen tener buenos modales. Si no fuera por el excesivo número de poetas por metro cuadrado sería una ciudad perfecta.
-La mayor parte de la literatura actual es física mierda; hay pocos escritores y demasiados “funcionarios de la literatura”. Me aburre leer a mis contemporáneos, no hay emoción ni intensidad en lo que escriben, no hay fuerza ni inteligencia. Escriben para mantenerse en el “mercado” y porque según ellos es su oficio. ¿Cómo puede ser el oficio de alguien ser escritor? Uno está en el mundo, tiene ira y desenfreno, ha tenido noches inolvidables y resacas terribles. Uno está jodido y entonces golpea la pared, suena el bajo, corre entre los automóviles o escribe... Pero para los pendejos que desde el comienzo tenían como objetivo ser escritores y estudiaron literatura o cosas afines y han sido o todavía son profesores de semiótica y tonterías por el estilo, para ellos escribir es un oficio y por eso no paran de producir caca de ratón enfermo.

Efraim Medina Reyes
(Tomado de una entrevista durante la pasada FIL, si quiere leer algo de este singular narrador de Colombia, consígase Érase una vez el amor pero tuve que matarlo o la estupenda Técnicas de masturbación entre Batman y Robin, ambas en Seix Barral -o Editorial Planeta si se prefieren las ediciones de bolsillo-)

martes, 18 de diciembre de 2007

La poesía

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.

Eugenio Montejo

lunes, 17 de diciembre de 2007

so you want to be a writer?

if it doesn't come bursting out of you
in spite of everything,
don't do it.
unless it comes unasked out of your
heart and your mind and your mouth
and your gut,
don't do it.
if you have to sit for hours
staring at your computer screen
or hunched over your
typewriter
searching for words,
don't do it.
if you're doing it for money or
fame,
don't do it.
if you're doing it because you want
women in your bed,
don't do it.
if you have to sit there and
rewrite it again and again,
don't do it.
if it's hard work just thinking about doing it,
don't do it.
if you're trying to write like somebody
else,
forget about it.
if you have to wait for it to roar out of
you,
then wait patiently.
if it never does roar out of you,
do something else.
if you first have to read it to your wife
or your girlfriend or your boyfriend
or your parents or to anybody at all,
you're not ready.
don't be like so many writers,
don't be like so many thousands of
people who call themselves writers,
don't be dull and boring and
pretentious, don't be consumed with self-
love.
the libraries of the world have
yawned themselves to
sleep
over your kind.
don't add to that.
don't do it.
unless it comes out of
your soul like a rocket,
unless being still would
drive you to madness or
suicide or murder,
don't do it.
unless the sun inside you is
burning your gut,
don't do it.
when it is truly time,
and if you have been chosen,
it will do it by
itself and it will keep on doing it
until you die or it dies in you.
there is no other way.
and there never was.

Charles Bukowski
Sifting through the madness for the Word, the line, the way (Harper Collins, 2003)

domingo, 16 de diciembre de 2007

Deuda de indigno...

Sólo tengo conjeturas acerca de cómo surgió en mí el gusto por las historias o la gana (infantil e ilusa, por supuesto) de descifrar el incesante rompecabezas del mundo. No dejo de aceptar, por otro lado, que mi afición de hoy es cosa de no mucho lustre, creo que de haber sido más inteligente y menos irresponsable hubiera conseguido alegrar el corazón de mi madre con una mejor preparación o un decente desempeño en lo que hiciera. Pero, finalmente, las cosas son como son y no hay modo de cambiarlas.
---Aunque no sea el tipo más metódico, las virtudes del espíritu científico y sus magias fueron despertadas en mi espíritu gracias a un programa de televisión que, por aviso de mi maestra, descubrí mientras cursaba el sexto año de primaria. Cosmos, bajo la conducción del científico Carl Sagan, fue mi oráculo y el inicio de un asombro indescriptible y progresivo por el dato que llegó (en mí) a tener momentos de ridículo.
---El señor Sagan no solamente ofrecía la jugosa anécdota que ubicaba en tiempo tal o cual descubrimiento científico, también se desplazaba por el mundo para mostrar (en lo posible) los escenarios donde lo que refería se hubiera efectuado. Recorría la isla de Mileto y hacía notar el pozo donde Tales cayó por abstraído, surcaba el mar en el barco de Cook o visitaba añosas habitaciones donde ocurrieron milagros que hoy día venera la ciencia.
---En esas fechas (hace más de veinte años) pasaba la mitad de mi tiempo dibujando, jugando béisbol o comiendo, nada me interesaba más; lo fascinante fue que la escuela (hasta ese momento aburrida y de nulo interés para mí) se transformó ese año en un lugar de descubrimiento verdadero gracias a mi maestra de sexto grado: la profesora Dolores Estrella Duarte.
---No exagero ni miento si digo que mucho de mi empecinamiento, mi terquedad para averiguar ciertas cosas o experimentarlas, se lo debo a ella. Mi grupo era un coctel de buenos estudiantes (increíble pero cierto) que prometía una explosión subversiva a baja escala en corto plazo, y ella supo manejar el tesón y la soberbia de muchos que hoy, estoy seguro, no dejarían de reconocerlo o dar gracias.
---Mi lección mayor (jamás aprendida de modo debido) fue la de la honestidad, la de no ser sino el que emocionalmente (en todo lo demás uno es tanta cosa que ni de uno depende) uno es. La profe Dolores podía estimarnos, pero no iba a permitir que eso le impidiera darnos un escarmiento cuando lo merecíamos (y vaya que era buena para eso). Yo fui una de las muchas bestezuelas inmundas que aprendieron mucho (bueno, ahora creo que no lo suficiente) con su ejemplo y dedicación.
---Sé que no podré darle las gracias del modo que merece pero tampoco ignoro que dentro de su prodigiosa memoria guarda algún recuerdo de mí. Sé también que mi generación completa, aquel grupo disperso y a veces execrable, sabe de lo que hablo y reconoce (o debiera reconocer) lo mismo.
---Imagino que si Dios es justo no puede ser manirroto, por eso convendría pedirle que estrellas de ese tipo, de tan enorme como infrecuente luz, no falten en el camino de cualquiera. Confieso que fui afortunado. Lamento sólo esta prosa innoble.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Para darle vueltas...

La soledad del escritor es muy profunda. Cada uno es único, tiene sus problemas, sus técnicas, que ha adquirido con mucho esmero*; está también su propia vida. No gana mucho hablando con conocidos (o desconocidos) sobre temas de literatura.

Marguerite Yourcenar
Con los ojos abiertos (Trad. Elena Berni. Emecé Editores, 1982)

* Bueno, es lo que debería ser. Quizá por eso resulta difícil llamar escritor a cualquiera, así nomás porque sí...

viernes, 14 de diciembre de 2007

Aparentemente simple...

Miles de intereses van surgiendo con el paso de los siglos, y miles de ellos perecen; ahora es una extravagancia o un arte perdido lo que fue una vez la moda de un imperio, y sólo son asuntos eternos los que nos enardecen hoy y enardecieron a los hombres en todas las épocas del pasado.

Robert Louis Stevenson
Recuerdos y semblanzas (Editorial Siete Mares, Madrid, 2006)
[La traducción es de Ana Escartín Arilla]

jueves, 13 de diciembre de 2007

Dátiles

Jabbar Yassin Hussin, narrador iraquí, poco después de la entrevista que hube de hacerle, prosigue la charla (no sin dificultad, entre su atropellado inglés y mi sumamente insuficiente francés) y hablamos del café que ha dejado de nuevo sobre la mesa y los dátiles que comemos desde hace horas.
---Me cuenta cómo vio su casa ser derrumbada por un dinosaurio mecánico de color amarillo, a orillas del Tigris; que ser militante comunista le costó 30 años de exilio pero le ganó una lengua en la que ahora escribe; que los dátiles que comemos provienen de una plantación en California cuya cepa proviene de Irak; que la palma datilera fue la primera planta del paraíso y el primer abrigo del hombre…
---Yo le digo que, de niño, comí de los dátiles del patio de mi abuela y que dicha palmera (plantada por ella cuando niña, allá por 1933), junto a un árbol de limas y otro de uvalamas, forjaron mi primera imagen de lo que debió ser el paraíso…
---–No es raro –me dice –todos los hombres hemos tenido el mismo sueño…

(Conocí a Jabbar Yassin Hussin cuando vino a participar en la Cátedra Cortázar y en diversos eventos durante la edición XXI de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, si desean acercarse a su obra, puede conseguirse en español su libro de relatos El lector de Bagdad [Siruela, 2006])

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Chipocludo...

La imitación en literatura no es un problema moral sino artístico: todos los escritores utilizan, en grados diversos, formas ya usadas, pero sólo los incapaces de transformar esos hurtos en algo personal merecen llamarse imitadores. La originalidad no sólo consiste en inventar procedimientos; también en dar un uso propio, enriquecedor, a los ya inventados.

Mario Vargas Llosa
(Tomado de La orgía perpetua, Editorial Seix Barral, Barcelona, 1975)

martes, 11 de diciembre de 2007

From the headmaster...

You see I'm trying in all my stories to get the feeling of the actual life across -not to just depict life -or criticize it- but to actually make it alive. So that when you read something by me you actually experience the thing.

Ernest Hemingway

En una carta enviada a su padre desde París, el 20 de marzo de 1925...
(Tomado de Carlos Baker ed., Ernest Hemingway: Selected letters, 1917-1961, Charles Scribner's Sons, New York, 1981)