martes, 28 de febrero de 2012

Pagando a la comunidad...

Secreta palabra, una vez más, la de la poesía, desoída por quienes han decretado la sordera como una forma de vivir. Voluntaria sordera. Es demasiado alto el precio que el poeta paga a la comunidad: su práctica no resulta, en verdad, algo distinto a un lento suicidio, el acto oscuro de quien cava sin cesar su propia tumba, como Mallarmé dijo.

Andrés Sánchez Robayna
La inminencia: diarios 1980-1995
(FCE, México, 1996)

martes, 21 de febrero de 2012

A ver si los lleva a buscarlo y leerlo...

El poema

A veces me tropiezo con tu sonido. Escucho
un eco que golpea las paredes del sueño
y oigo en mi pulso un ritmo de aventura y suicidio.
La noche se hace entonces laberinto. Mis pasos
penetran en el bosque, presienten el encuentro.
Me acerco a los lugares donde la muerte esconde
el vértigo y la luz de su relámpago.
Para todo soy ciego si este dolor me acecha:
la destrucción buscada es la vida más honda.
Ya no puedo escapar. Tu voz es cárcel;
la orden se hace canción, llanto quemado,
lucidez delirante, tiempo entero.
Me rodean las cosas; en la penumbra gimen
y esperan que las nombre, que mis manos
impriman un color a su destino,
esculpan una forma en su carne reciente.
Me olvido del silencio, de la larga sequía;
la soledad se puebla de jadeos y gritos;
giran los signos y la sombra acepta
mi fiebre sacudida, mi pasión levantada.
Me pierdo en el camino. Regreso. Al fin descifro
la secreta escritura, el vértice sonoro.
Todo termina y callo. Tiembla la noche. Cae
una gota de lumbre sobre el papel en blanco.

Eloy Sánchez Rosillo
El manantial del tiempo
Antología personal

(UDLA, Puebla, 2007)

jueves, 9 de febrero de 2012

Narciso a tientas en lo oscuro...

La vista de quienes están enamorados es con frecuencia de una naturaleza especular: miran en los ojos del otro sólo para buscar su propia imagen reflejada en los ojos del amante, como en un espejo. La búsqueda desesperada del alma del Otro es un andar a tientas en la oscuridad de la propia individualidad. Y la mirada conmovedora, profunda, a los ojos del amado resulta ser la mirada de Narciso viéndose a sí mismo.

Francisco González Crussí
Ver
Sobre las cosas vistas,
no vistas y mal vistas
(FCE, México, 2010)