jueves, 28 de mayo de 2009

De parte de un viejo conocido...

-… el arte de nuestra mitad de siglo se ha enfangado en una ruidosa y opaca logorrea teórica que impide que una obra entre en contacto directo, no mediatizado, no preinterpretado, con quien la contempla (la lee o escucha).

-El enigma existencial se ha eclipsado tras la certeza política, y a las certezas les importan un comino los enigmas. Y por eso la gente, pese a la riqueza de sus vivencias, sale de una prueba histórica siempre tan estúpida como cuando entró en ella.

-En un novelista la pasión por conocer no apunta hacia la política ni la Historia.

-Todos hablamos de la historia de la literatura, todos la reivindicamos, seguros de conocerla, pero in concreto, ¿qué es la historia de la literatura en la memoria de todos? Un patchwork formado por imágenes fragmentarias que, por puro azar, cada uno de los miles de lectores se ha hilvanado para sí mismo. Bajo el cielo agujereado de semejante memoria vaporosa e ilusoria, estamos todos a merced de las listas negras, de sus veredictos arbitrarios e inverificables, siempre dispuestos a imitar su estúpida elegancia.

-… las innovaciones formales de los grandes maestros siempre conservan cierta discreción; ésta es la verdadera perfección; sólo los maestrillos insisten en que se note la novedad.

-Es necesaria una gran madurez para comprender que la opinión que defendemos no es más que nuestra hipótesis favorita, a la fuerza imperfecta, probablemente pasajera, que sólo los muy cortos de entendederas pueden tomar por una certeza o una verdad.

-… lo que hay de ridículo en nuestros sentimientos no altera en absoluto su autenticidad.

Milan Kundera
Un encuentro
(Tusquets, México, 2009)

jueves, 21 de mayo de 2009

Para acercarse a buen puerto...

Toda endogamia es asfixiante; incluso los colleges, los campos universitarios, los clubes exclusivos, las clases piloto, las reuniones políticas y los simposios culturales son la negación de la vida, que es un puerto de mar.

Claudio Magris
Microcosmos
(Anagrama, Barcelona, 1999)

martes, 19 de mayo de 2009

Motivos para seguir en esto...

No sé si tiene sentido pero me digo cada vez: contá la historia de la gente como si cantaras en medio de un camino, despojate de toda pretensión y cantá, simplemente cantá con todo tu corazón: que nadie recuerde tu nombre sino toda esa vieja y sencilla historia.

Haroldo Conti
“Ars Humana”
(Publicado en revista Crisis, Nº 16, 1974)

Yo soy escritor nada más que cuando escribo. El resto del tiempo me pierdo entre la gente. Pero el mundo está tan lleno de vida, de cosas y sucesos, que tarde o temprano vuelvo con un libro. Entre la literatura y la vida, elijo la vida. Con la vida rescato la literatura; pero aunque no fuera así, la elegiría de todas maneras.

Haroldo Conti
(Reportaje en revista Confirmado, Buenos Aires, 1971)

lunes, 18 de mayo de 2009

Dedir adiós reconociendo...

Puedo afirmar que la poesía de Mario Benedetti no me gusta en lo más mínimo, decir que al menos una de sus novelas me agrada al punto de poder concluirla, o mencionar los tres o cuatro relatos que sigo atesorando en la memoria como atípicos dentro de su producción. Pero ahora que ha fallecido, no me queda sino reconocer que, como muy pocos, este escritor uruguayo mantuvo su aura de encanto por décadas sin necesidad de autoridades que le validaran; escribió como un verdadero escritor, diciendo lo que (de acuerdo consigo mismo) debía. Llegué a su obra -como muchos- a través del teatro, y creo que Pedro y el Capitán no ha perdido fuerza con los años (tal vez la haya ganado, aunque se monte menos), como tampoco aquellas canciones que entonaron Viglietti, Zitarrosa, Serrat o Guevara (que oí sin imaginar que él las hubiera escrito). Total, supongo que a esto nos obliga su desaparición, a no restarle lo que de suyo tuvo siempre. Y esa envidiable y pasmosa conexión con sus lectores que tanto lloran otros. Que descanse en paz, si acaso por fin ha dejado de ver el panorama de belleza envilecida al que tanto cantó, porque lo vió y supo sufrirlo en la estatura digna de los convencidos que no dan paso atrás. Y salú, por esas simples, tiernas, rabiosas, básicas palabras que muchísimos guardan en la memoria...

miércoles, 13 de mayo de 2009

Adecuado para hoy día...

Soy por derecho propio una persona completa, responsable únicamente ante mí misma de todo lo que soy, de todo lo que digo, de todo lo que hago. Puede que haya metafísicos y filósofos cuya erudición sea mayor que la mía, aunque yo no los haya conocido. Sin embargo ellos también son personas frágiles, y tienen sus defectos; de modo que cuando sumo el total de mis virtudes, confieso que no soy menos que nadie.

Madame de Châtelet*
En una carta a Federico el Grande de Prusia

* Su verdadero nombre fue el kilométrico Gabrielle-Émilie Le Tonnelier de Breteuil (1706-1749), y se trata de una escritora y pensadora que también fue amante, entre otros, de Voltaire... Por supuesto, lo relevante aquí es su aguda inteligencia, ahead of his own time... Es posible topar por ahí algunos de sus libros en traducciones al español ibérico (ni modo), aunque no es cosa frecuente...

jueves, 7 de mayo de 2009

Hurto de los bien nacidos...

En todo momento de su vida, lo que Melville lee nos da la pauta. Era un bardo, y sabía cómo apropiarse el trabajo de otros. Leía para escribir. Hurto de los bien nacidos, así llama Edward Dahlberg a la originalidad, el acto de un Autólico salteador que comete atracos tan invisibles como es posible. Los libros de Melville se ceban con los libros de otros hombres.

Charles Olson
Llámenme Ismael
(Ediciones Era, S. A. México, 1977)

miércoles, 6 de mayo de 2009

Sólo en la tristeza...

Desde mi punto de vista, aunque pueda sonar extraño, sólo en la tristeza llegamos a ser más auténticamente nosotros mismos. Es decir, lo que significa ser uno mismo no consiste en una especie de autoconocimiento engañoso, sino en el reconocimiento de la parte de nosotros mismos que hemos perdido de forma irremediable.

Simon Critchley
El libro de los filósofos muertos
(Taurus, México, 2009)

lunes, 4 de mayo de 2009

Diez años de extrañar al viejo chingón...

Hoy día hace diez años ya que falleció uno de los mejores narradores que vio nacer este país, Ricardo Garibay. Para quien haya sido alguna vez espectador de su programa televisivo o dentro de un aula, o haya recogido -sin darse cuenta- los frutos de su franca enseñanza, curtida de altisonancia e irreverencia, sabrá en estos momentos lo mucho que se perdió con su partida. Poco importa el sitial de incomprensión o la ñoñería de quienes le desprecian o ignoran, muchos de sus libros tendrán espacio de honor en más de una biblioteca personal (de seguro, en las mejores). Es aquí que no me duele decir que lo extraño. Salud, siempre. Por uno de esos pocos que merecen el título de 'maestro'.