A veces me pregunto por qué no sabemos interpretar la vida real con la misma nitidez, con la misma ecuanimidad que una película o una novela. Y pienso que más nos valiera intentar verla así siempre, como una representación ficticia, fiándonos sobre todo de nuestro instinto de espectadores o lectores, que falla mucho menos que nuestro discernimiento de ciudadanos.
Javier Marías
Salvajes y sentimentales:
letras de fútbol
(Alfaguara, Madrid, 2010)