Todas las poblaciones humanas son en cierto modo inmigrantes. Todos los enfrentamientos entre culturas en un lugar tienen el aspecto del típico resentimiento de los últimos que han llegado contra los que están a punto de llegar. Defender de la invasión la casa y los campos propios y las tumbas de los antepasados parece que es un derecho. Pero afirmar que se tiene la propiedad exclusiva -articular la colonización y el paisaje para formar un sentimiento de propiedad abstracto, eterno e inmutable- es ridículo.
Neal Ascherson
El mar Negro
Del siglo de Pericles a la actualidad
(Tusquets Editores, México, 2016)