¿La verdad? El final es siempre la verdad. Por absurdo que parezca. Un hombre va conduciendo por una carretera. Piensa en sus hijos, en cuánto los quiere, y también en su mujer, en lo bonita que le sigue pareciendo. Entonces, su coche vuelva y el hombre muere. La historia se termina. Ése es el final y ésa es la verdad.
Benjamín Prado
Nunca le des la mano a un pistolero zurdo
(Plaza & Janés, Barcelona, 1996)