Afirma Ciryll Connolly que el escritor debe aspirar a escribir una obra genial. De otra forma está perdido. (...) Se me ocurre que uno puede interpretar el aserto de Connolly de una manera más tranquila: todo escritor deberá desde el inicio ser fiel a sus posibilidades y tratar de afinarlas; tener el mayor respeto al lenguaje, mantenerlo vivo, renovarlo si es posible; no hacer concesiones a nadie, y menos al poder o a la moda, y plantearse en su tarea los retos más audaces que le sea posible concebir.
Sergio Pitol
en el prólogo del libro
Antón Chéjov
La estepa y otros relatos
(Universidad Veracruzana, México, 2009)