Me paseaba con mi terrible secreto a cuestas (...). Para un criminal, semejante situación no resulta natural y casi diría que es ofensiva. (...) sentí deseos de desahogarme de alguna manera, de burlarme de la gente, de revelarle a quemarropa mi secreto, de hacer algo... excepcional. Por eso escribí esta novela.
Anton Chéjov
Un drama de caza
(Ed. Lectorum, México, 2002)