miércoles, 29 de noviembre de 2017

Poema para hoy...

1980

Me miro todas las mañanas, aún es de noche, bajo la luz eléctrica,
en el espejo del miserable cuarto de baño,
ya con cincuenta y un años mal cumplidos y bien solo, y te veo a ti,
con la misma edad,
en el invierno de 1980.
Te veo a las siete de la mañana cargando las maletas y los muestrarios en el maletero de tu Seat 1430.
Tal vez mi coche sea mejor que el tuyo.
La industria automovilística occidental oferta a la clase baja algún modelo con sexta marcha e incluso con aire acondicionado.
El salario, sin embargo, es el mismo.
El país, sin embargo, es también el mismo.
Veo el mismo rostro en el espejo, la aplastante madrugada y el sórdido empleo,
y la sórdida ganancia de una comisión,
toda la vida detrás de una comisión a la intemperie,
que no te dio para nada, absolutamente para nada.
Yo intenté escribir y tú fuiste
un anónimo viajante de comercio, somos lo mismo.
¿Dónde están nuestras capillas en las más famosas catedrales de España,
en la de León, en la de Sevilla, en la de Burgos, en la de Madrid,
en la de Santiago de Compostela?
¿Dónde nuestros rostros en bronce esculpidos con las heridas en el costado?
Tú, recorriendo absurdos pueblos de Aragón, luchando por vender el textil catalán, el textil de las boyantes
empresas catalanas,
-barcelonesas, prósperas y ya con relaciones internacionales-
a sordos y oscuros y pobretones sastres de pueblos atrasados de la España hosca, medieval y mutilada.
Ellos sí, tus jefes catalanes, ganaban mucho dinero, tú nada. Nos afeitamos los dos al mismo tiempo, tú en 1980,
yo en el 2013, un poco evolucionada si quieres
la industria del afeitado, un poco de colonia, un poco de agua en el pelo.
Salimos los dos al mismo tiempo y montamos en sendos automóviles,
el mío tiene música y el tuyo solo radio,
tu Seat 1430, y tal vez sea esa la única diferencia,
a mí me ayudan Lou Reed y Johnny Cash con sus canciones,
a ti no te ayudó nadie.
Te fuiste con setenta y cinco años. Yo me voy dentro de cinco minutos.
No, no quiero verte al otro lado del espejo.
No soportaría tu mirada de fuego, tu mirada de condenación suprema.

Manuel Vilas
El hundimiento
(Visor Libros/ Círculo de Poesía, México, 2017)

domingo, 26 de noviembre de 2017

Un poema de Apollinaire...

Sombra

De nuevo estáis aquí a mi lado
Recuerdos de mis compañeros muertos en la guerra
La oliva del tiempo
Recuerdos que no sois más que uno solo
Como cien pieles que no forman más que un manto
Como esos miles de heridos que no son más que un artículo de periódico
Apariencia impalpable y sombría que has apresado
La forma cambiante de mi sombra
Un indio al acecho durante la eternidad
Sombra te arrastras junto a mí
Pero ya no me oyes
No conocerás más los hermosos poemas que canto
mientras yo te oigo aún te veo
Destino
Sombra múltiple que el sol te guarde
A ti que me amas lo suficiente para no abandonarme nunca
Y que danzas al sol sin levantar polvo
Sombra tinta del sol
Escritura de mi vida
Arcón de penas
Un dios que se humilla.

Guillaume Apollinaire
Antología
Edición y traducción de Manuel Álvarez Ortega
(Visor Libros/ Círculo de Poesía, México, 2017)

jueves, 23 de noviembre de 2017

Un pasado...

Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más, te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos...

Italo Calvino
Las ciudades invisibles
(Unidad Editorial/ Bibliotex, Mexico, 1999)

lunes, 20 de noviembre de 2017

Cualquier guerra...

La guerra cambia a los hombres y las mujeres, y algunos de ellos cambian tanto que ya no se reconocen nunca más, y detestan aquello en lo que se han convertido.

John Connolly
Voces que susurran
(Tusquets Ed., México, 2011)

domingo, 19 de noviembre de 2017

Un poema, otra vez...

Las tres palabras más extrañas

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba viaja ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

Wislawa Szymborska
Antología poética
Traducción de Elzbieta Bortklewicz
(Visor Libros/ Círculo de Poesía, México, 2017)

sábado, 18 de noviembre de 2017

Elogio del cronista desconocido...

El desconocido autor del manuscrito es un personaje comedido que nunca juzga un hecho, nunca lo elabora; su único propósito es el de relatar con veracidad. Si alguna vez, inconscientemente, resulta pintoresco, es porque hacia 1585 la vanidad no envolvía las acciones de los hombres en una aureola de afectación; se consideraba que sólo podía influirse en el vecino expresándose con la mayor claridad posible.

Stendhal
Crónicas italianas
(Unidad Editorial/ Bibliotex, México, 1998)

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Un poema, para variar...

Elegía

Abro la primera puerta.
Es una habitación grande y soleada.
Por la calle pasa un camión
que hace temblar la porcelana.

Abro la puerta número dos.
¡Amigos! Bebisteis oscuridad
y os volvisteis visibles.

Puerta número tres. Una angosta habitación de hotel.
Da a una calleja.
Una farola brilla en el asfalto.
La hermosa escoria de las experiencias.

Tomas Tranströmer
Bálticos y otros poemas
Traducción de F. J. Uriz
(Visor/ Círculo de Poesía, México, 2017)

sábado, 11 de noviembre de 2017

Incansable raíz...

Nuestro naufragio personal tiene pocas posibilidades de ser adivinado por los demás. Y es a lo mejor de ahí que parte todavía una de las incansables raíces de la desesperación.

Mircea Eliade
Fragmentarium
(Nueva Imagen, México, 2001)

viernes, 10 de noviembre de 2017

Conmover minerales...

Va de sí que los minerales no tienen ni independencia, ni insensibilidad. Es justamente porque hace falta mucho para conmoverlos: las temperaturas del soplete y del arco eléctrico, las violencias de los sismos, los espasmos del volcán, sin contar el vertiginoso tiempo.

Roger Caillois
Piedras
(Nueva Imagen, México, 2001)

domingo, 5 de noviembre de 2017

Incomodidad...

Pero el arte, como la verdad, incomoda -aunque sea una lúcida incomodidad, una comezón de la sabiduría-. Sólo en la medida en que aceptemos que su sorpresa revelará nuestras deformidades, el arte nos dará el estremecimiento que buscamos.

Hernán Bravo Varela
Historia de mi hígado y otros ensayos
(FCE, México, 2017)

sábado, 4 de noviembre de 2017

Los días...

Días venían y días iban, marcados sólo por el color del cielo, el frío de la noche y la lluvia en la tarde; diferenciados únicamente por su fecha o por las pequeñas cosas que habíamos hecho con él, íntimas y sencillas.

Homero Aridjis
1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla
(PRH/ Alfaguara, México, 2015)

jueves, 2 de noviembre de 2017

Caer en la trampa...

A los lectores de su época Camus les transmitió el regalo se Sísifo: la exaltación del absurdo como revuelta metafísica para no dejarse morir en una época carente de sentido. Y así fue como Camus cayó en la trampa de Sísifo: lo convirtió en un hombre feliz.

Roger Bartra
en La felicidad y lo absurdo
Albert Camus en el centenario de su nacimiento
(Tusquets/ Embajada de Francia, Mexico, 2013)