viernes, 29 de marzo de 2019

Puerta tras puerta...

Siempre dudo al escribir: no sé si un personaje es bueno o malo, si un relato me va a llevar a alguna parte. Me encanta no tener dirección, abrir puerta tras puerta conforme voy llegando a ellas...

José Revueltas
Conversaciones con José Revueltas
Andrea Revueltas y Philippe Cheron, compiladores
(Era, México, 2001)

miércoles, 27 de marzo de 2019

Nada que ver...

No es que la teoría y la vida estén mal, es que no tienen nada que ver, como tampoco tienen nada que ver los pensamientos del pez que baja aleteando con los del cabrón que tira el anzuelo y arriba espera.

Agustín Fernández Mallo
Nocilla Experience
(Alfaguara, Madrid, 2008)

martes, 19 de marzo de 2019

Opciones...

Su propia obra sólo podría gustarle a aquellos cuyas vidas estaban próximas a la suya; fuera de esos lectores no tendría otros... Ése era el sentimiento que predominaba en él. (...) Recordando toda su vida, lo embargó un súbito acceso de lágrimas y heladas carcajadas. Frente a él se cernía la locura o el suicidio.

Ryunosuke Akutagawa
Vida de un loco
Tres relatos
(Emecé Editores, Buenos Aires, 2006)

miércoles, 13 de marzo de 2019

Relectura estimulante...

Sólo lo difícil es estimulante; sólo la resistencia que nos reta es capaz de enarcar, suscitar y mantener nuestra potencia de conocimiento; pero, en realidad, ¿qué es lo difícil?, ¿lo sumergido, tan sólo, en las maternales aguas de lo oscuro?, ¿lo originario sin causalidad, antítesis o logos? Es la forma en devenir en que un paisaje va hacia un sentido, una interpretación o una sencilla hermenéutica, para ir después hacia su reconstrucción, que es en definitiva lo que marca su eficacia o desuso, su fuerza ordenancista o su apagado eco, que es su visión histórica.

José Lezama Lima
"Mitos y cansancio clásico"
Ensayos Latinoamericanos
(Diana Literaria, México, 1997)

viernes, 8 de marzo de 2019

Otra vez...


Casa de cuervos

porque te alimenté con esta realidad
mal cocida
por tantas y tan pobres flores del mal
por este absurdo vuelo a ras de pantano
ego te absolvo de mí
laberinto hijo mío

no es tuya la culpa
ni mía
pobre pequeño mío
del que hice este impecable retrato
forzando la oscuridad del día
párpados de miel
y la mejilla constelada
cerrada a cualquier roce
y la hermosísima distancia
de tu cuerpo

tu náusea es mía
la heredaste como heredan los peces
la asfixia
y el color de tus ojos
es también el color de mi ceguera
bajo el que sombras tejen
sombras y tentaciones
y es mía también la huella
de tu talón estrecho
de arcángel
apenas pasado en la entreabierta ventana
y nuestra
para siempre
la música extranjera
de los cielos batientes

ahora leoncillo
encarnación de mi amor
juegas con mis huesos
y te ocultas entre tu belleza
ciego sordo irredento
casi saciado y libre
con tu sangre que ya no deja lugar
para nada ni nadie

aquí me tienes como siempre
dispuesta a la sorpresa
de tus pasos
a todas las primaveras que inventas
y destruyes
a tenderme -nada infinita-
sobre el mundo
hierba ceniza peste fuego
a lo que quieras por una mirada tuya
que ilumine mis restos

porque así es este amor
que nada comprende
y nada puede
bebes el filtro y te duermes
en ese abismo lleno de ti
música que no ves
colores dichos
largamente explicados al silencio
mezclados como se mezclan los sueños
hasta ese torpe gris
que es despertar
en la gran palma de dios
calva vacía sin extremos
y allí te encuentras
sola y perdida en tu alma
sin más obstáculo que tu cuerpo
sin más puerta que tu cuerpo

así este amor
uno solo y el mismo
con tantos nombres
que a ninguno responde
y tú mirándome
como si no me conocieras
marchándote
como se va la luz del mundo
sin promesas
y otra vez este prado
este prado de negro fuego abandonado
otra vez esta casa vacía
que es mi cuerpo
a donde no has de volver

Blanca Varela
Poesía reunida 1949-1994
(FCE, México, 1996)

martes, 5 de marzo de 2019

El término...

Lo que nos define y nos hace otros, distintos a los dioses (como si los dioses realmente estuvieran a nuestro lado, pendientes de nosotros) es el término: ninguna relación humana, por esplendorosa que sea, puede durar indefinidamente. Poco importa que las partes interesadas hagan todos los mejores esfuerzos para proseguir: de manera indefectible habrá algo que interrumpa, desvíe o eche a perder cualquier forma de felicidad...

Ernesto de la Peña
Ernesto para intrusos
Antología literaria de la obra de Ernesto de la Peña
Selección y prólogo de María Luisa Tavernier
(Alfaguara, México, 2015)

domingo, 3 de marzo de 2019

Intoxicados...

Creía que la política los había intoxicado y que todos, de alguna manera, estaban contaminados, condenados a la intensidad de tomar partido, de vivir en la urgencia de estar a favor o en contra de un gobierno. Llevaban demasiados años siendo una sociedad preapocalíptica, una nación en conflicto, siempre a punto de explosión. Todos los días podía suceder un cataclismo. Conspiraciones, magnicidios, guerras, atentados terroristas, fusilamientos, ejecuciones, sabotajes, sublevaciones, linchamientos... Todos los días podía acontecer una hecatombe. El país siempre estaba a punto de estallar pero nunca estallaba. O peor: vivía estallando lentamente, poco a poco, sin que nadie se diera demasiada cuenta.

Alberto Barrera Tyszka
Patria o muerte
(Tusquets Editores, México, 2015)