miércoles, 23 de septiembre de 2020

En el fondo...

E
n el fondo, en cualquier competición, en cualquier enfrentamiento o lucha, hay tres cosas que siempre ganan: el cansancio, el sueño y la muerte...

Petros Márkaris
El accionista mayoritario
(Tusquets Editores, México, 2009)

jueves, 17 de septiembre de 2020

Opacidad...

Nuestro país es el país más opaco de la Tierra. Nadie sabe qué es de quién, ni quién juega con quién, ni quién tiene las cartas en juego ni quién las ha barajado. Actuamos como si fuéramos un país libre, y ni siquiera estamos seguros de si aún nos pertenecemos.

Friedrich Dürrenmatt

El valle del caos

(Tusquets Editores, México, 1991)

domingo, 6 de septiembre de 2020

Tentaciones...


T
odo volvería a empezar mientras siguiera vivo: resucitado a la vida, mejor dicho. Mientras tuviera tentaciones de escribir. La dicha de la escritura, empezaba a saberlo, jamás borraría este pesar de la memoria. Todo lo contrario: lo agudizaba, lo ahondaba, lo reavivaba. Lo volvía insoportable.

Jorge Semprun

La escritura o la vida

(Tusquets Editores, Barcelona, 2002)

viernes, 4 de septiembre de 2020

Un tipo de caos...


U
no a uno se fueron marchando, y pronto se apagaron las últimas luces, y llegaron los camiones de mudanza, y luego el estruendo de las excavadoras, las paredes se hicieron añicos, los tejados se desmoronaron y todo quedó enterrado bajo una avalancha de polvo; una escena sórdida que iba presenciando cada vecino que se resistía a marcharse para tener que acabar transigiendo, y luego otro, y otro más. Y así sucedió en cada manzana, en cada barrio, hasta que el resistente más contumaz se vio obligado a dar su brazo a torcer porque, cuando una manzana está prácticamente destruida, y uno se encuentra solo en medio del caos, emergen los sueños más extraños y desconocidos; el miedo a quedarse solo en un barrio que está muriéndose; el miedo a la aparición de una banda de jóvenes vagabundos que se dedique a deambular entre los escombros, rompiendo ventanas y robando puertas, cercas de madera, apliques de luz, o en los matorrales, o a fisgonear entre los añicos de fotos enmarcadas o cartas de amor abandonadas; miedo a la gente marginal que es capaz de dormir en los esqueletos de los pisos vacíos o de los vestíbulos colgantes; miedo a las ratas, que se decía que no tardarían en ascender por los fregaderos destrozados y las alcantarillas, porque, tal y como se argumentaba, también ellas estaban siendo desalojadas de Bay Ridge, Brooklyn.

Gay Talese

El puente

(Alfaguara, México, 2018)