Días venían y días iban, marcados sólo por el color del cielo, el frío de la noche y la lluvia en la tarde; diferenciados únicamente por su fecha o por las pequeñas cosas que habíamos hecho con él, íntimas y sencillas.
Homero Aridjis
1492. Vida y tiempos de Juan Cabezón de Castilla
(PRH/ Alfaguara, México, 2015)