viernes, 12 de julio de 2013

¿Suena familiar?

Cuando algún medio mecánico permite un súbito allegamiento de determinado arte a un público numeroso e impreparado, inevitablemente los comunes denominadores del gusto operan a un nivel más bajo y la vulgarización de la expresión creadora tiende a rebajar los cánones estéticos.

Irving A. Leonard
Los libros del conquistador
(FCE, México, 1979)