martes, 20 de noviembre de 2012

Reserva, secreto y melodía...

El placer en sí sólo era un sonido, no la melodía entera. El cuerpo se reservaba muy bien su secreto. (...) El cuerpo nunca daba la respuesta completa, siempre se callaba algo, se mostraba reticente.

Sándor Márai
La extraña
(Ed. Salamandra, Barcelona, 2008)