martes, 31 de marzo de 2009

Like he said...

En el decurso de una vida consagrada menos a vivir que a leer, he verificado muchas veces que los propósitos y teorías literarias no son otra cosa que estímulos y que la obra final suele ignorarlos y hasta contradecirlos. Si en el autor hay algo, ningún propósito, por baladí o erróneo que sea, podrá efectar, de un modo irreparable, su obra. Un autor puede adolecer de prejuicios absurdos, pero su obra, si es genuina, si responde a una genuina visión, no podrá ser absurda.

Jorge Luis Borges
en "Nathaniel Hawthorne"
Otras inquisiciones
(Emecé Editores S. A., Buenos Aires, 1960)

lunes, 16 de marzo de 2009

Como invitación, a 20 años de su muerte...

-Escribo como quien hace gimnasia por la mañana, es mi lucha contra la esclerosis.
-La conciencia de la lengua estaba más viva en el pasado que hoy en día.
-La única protección eficaz contra la miseria es la modestia.
-Todos los que son escritores en un sentido social me parecen sospechosos.
-Todo gran escrito necesita un ser tartamudo y un maestro sabio. Raras veces coinciden los dos.
-La crueldad es el punto de encuentro en que la humanidad actúa en armonía.
-La religión institucionalizada pierde justamente la esencia de la religión. Algo similar ocurre al institucionalizar la literatura y el arte: su esencia se evapora.
-La vida es casual, no tiene sentido ni utilidad alguna. La muerte es la consecuencia inevitable de la casualidad, y tampoco tiene sentido ni utilidad.
-No es la mayoría la que cuenta, sino siempre y en todos los tiempos aquellos pocos que son diferentes.
-El gran fracaso de la vida no es que uno al final se dé cuenta de que se ha equivocado. Es mucho más desmoralizador pensar que no haya otra manera de actuar más que equivocándose.
-En la literatura no existe la democracia; sólo hay solistas.
-Todo son palabras y más palabras. La realidad se calla.
-Llega el tiempo en que uno ya no espera respuestas, no discute con el destino, lo abraza. Hay que aceptar el destino. No existe otro modo de soportar la crueldad de la vida.
-Tenemos que guardar silencio, incluso arrodillarnos, ante el misterio.
-Acaso el hecho de escribir sea un proceso de evocación de algo que ocurrió alguna vez.
-Todo es siempre de otra manera.
-Escribir un poema no es poesía; ésta puede consistir en una sola palabra.
-Cada vez hay más gente que quiere escribir y menos que esté dispuesta a leer.
-… siento nostalgia por lo maravillosa que era la “literatura”, la otra, la verdadera, cargada de electricidad como las estrellas, como Hansel y Gretel.
-Lo realmente arduo no es saber sobre qué escribir, sino saber, de una vez y para siempre, cómo escribir.
-Hoy en día, en el mundo literario quedan pocos caballeros: casi todos quieren aparentar más de lo que son y apropiarse de lo que no es suyo.
-Literatura: ochenta por ciento de exhibicionismo. El resto es escritura al dictado.
-El destino común de los monumentos es que sus pies queden cubiertos de meadas de perro.
-… la poesía puede ser una radiación, sin contenido ni forma.
-… todo, incluido el horror y el asco, ha sido, a pesar de los pesares, maravilloso.

Sándor Márai
Diarios 1984-1989
(Ediciones Salamandra, Barcelona, 2008)

viernes, 13 de marzo de 2009

Otra ella que hará falta...

No sabría decir si el fallecimiento de un poeta es o no trágico o constituye alguna clase misteriosa e invaluable de pérdida (algo me dice que sí, creo estar seguro -incluso- pero hay quien puede decirlo mejor o justificarlo, cosa que no es mi tarea); pero, por lo menos para mí, la muerte de la poeta peruana Blanca Varela (1926-2009) es algo que no me puede pasar desapercibido y, qué le hago, sí me entristece y deja la impresión de cierto grado de abandono que vale la pena lamentar. Mucho es lo que le ha dicho su actitud de discreción, mesura y cautela no sólo ante la hoja; más todavía debería ese ejemplo cundir entre más jóvenes y menos idiotas que yo, que andan persiguiendo escribir. En fin, sea como deba ser cada cosa. Y adiós con estas (mis) ridículas palabras de (muy) villano. Y sin canto, que es peor. Ah, qué falta pueden hacer ciertas voces aprendidas que sin explicación dicen el mundo y hacen verlo, sentirlo... y del modo más difícil: sencillamente...

martes, 10 de marzo de 2009

De ella, ella, ella... infaltable...

-Sé que he visto, porque no entiendo. Sé que he visto, porque para nada sirve lo que vi.

-Crear no es imaginación, es correr el gran riesgo de acceder a la realidad.

-Necesito ver libre de mí para ver.

-Lo que parece falta de sentido es el sentido. Todo momento de “falta de sentido” es exactamente la aterradora certidumbre de que allí hay un sentido.

-Mi silencio, ¿había sido silencio o una voz aguda que era muda?

-Ningún ruido y, sin embargo, yo sentía perfectamente una resonancia enfática, que era la del silencio rozando el silencio.

-Todo caso de locura es que algo ha regresado. Los posesos, a ellos no les posee lo que llega, sino lo que regresa.

-Sin la sentimentalización del mundo, me aterro.

Clarice Lispector
La pasión según G. H.
(Muchnik Editores, Barcelona, 2001)

martes, 3 de marzo de 2009

Del viejo lobo...

-En verdad, todo novelista debe empezar por crear para sí mismo un mundo, pequeño o grande, en el que honestamente pueda creer.

-Tendemos a olvidar que el camino de lo excelso es en lo intelectual, a diferencia de lo emocional, la humildad.

-El buen artista no debiera esperar reconocimiento alguno por su labor ni admiración para su genio (…) Que madure la fuerza de su imaginación entre las demás cosas de esta Tierra, cuyo deber es mimar y conocer, y que se abstenga de convocar a su inspiración, lista para el uso, de algún edén de perfecciones del que lo ignora todo.

-La ficción es historia, historia humana, o no es nada.

Joseph Conrad
Notas de vida y letras
(Ediciones B, Barcelona, 1987)

lunes, 2 de marzo de 2009

Sea para recaer, insistir...

-Los grandes libros, simple y sencillamente, se leen por casualidad, sin preocuparse si se trata de textos situados en el centro o al margen del debate cultural…

-La literatura es manipulación, falsificación, embrollo y mentira, pero lo que la hace vivir es su nostalgia de la verdad y de la vida.

-Como en la casa del Padre, según el proverbio de la Escritura, también en la casa del arte –de todo arte– existen muchas moradas y es lícito frecuentarlas y habitarlas todas sin agraviar a ninguna.

-Es legítimo rechazar concientemente un lenguaje si uno no se reconoce en él, pero no es posible ignorarlo o entenderlo mal si él formó y forma parte de nuestra civilización, si durante siglos sirvió para definir la realidad y narrar su historia, nuestra historia, que debemos conocer y entender para poder aceptar o rechazar pero, de todas maneras, hacerla vivir en nosotros.

-Escribir también es ver, percibir la objetividad del mundo y reconocerse en ella.

-Sólo la poesía puede expresar lo que no puede definirse explícitamente, contar las contradicciones irreconciliables sin pretender resolverlas, proporcionándoles de tal manera sustancia y convirtiéndolas en una razón de vida, transformando la incertidumbre de la propia identidad en un viaje en busca de la identidad más auténtica.

Claudio Magris
El tallo entre las piedras
(Cal y arena, México, 2007)