¿Inmenso poeta? ¡Qué va, son exageraciones de los periodistas! ¿Trágico asilo? No, para nada. Éste es un lugar muy tranquilo, donde uno se halla muy bien. Sí señor. Me encuentro muy bien y espero no salir de aquí jamás. Quién sabe... Entre tantos, nadie sabe quién es el loco. ¡Yo estoy loco! Paso días de lucidez y días que no recuerdo. Padecía una neurastenia tan honda que no podía vivir de ninguna manera. Y tan debilitado, que resultaba inútil para la sociedad.
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Dino Campana
(Fragmento de una de sus respuestas en una de las pocas entrevistas que concedió en vida el poeta italiano [1885-1932], recluído -desde 1918- en el Hospital Psiquiátrico de Castel Pulci, donde murió)