martes, 13 de julio de 2010

La espiral sin fin...

Pero el placer de la carne no es una fuente de agua, sino una fuente de sed: cuanto más bebes menos te sacias, porque el cuerpo soliviantado por la satisfacción del deseo exige nuevos y mayores gozos en una espiral sin fin.

Enrique Serna
La sangre erguida
(Seix-Barral, México, 2010)