miércoles, 20 de enero de 2010

Coincidencias para comenzar el año...

-Me gustaría palpar una contracultura inteligente, contemporánea, que no rumie los mismos mitos y lugares comunes de los años sesenta, que deje de rendirle culto a los beatniks, a las drogas alucinógenas y a los escritores intoxicados por éstas y el alcohol mientras buscan becas de Conaculta para sobrevivir.

-A las subculturas les falta información, preparación, lecturas. Son elementales, creen que leyendo a Baudelaire, al franco uruguayo Lautréamont o a los raros se vuelven malditos, refinados.

-Los escritores, sobre todo los jóvenes, escriben tonterías que quieren hacer pasar por genialidades, con la complicidad de grandes y pequeñas editoriales que ni siquiera se toman la molestia de investigar y hallar nuevos autores.

Rogelio Villarreal
El tamaño del ridículo: notas sobre periodismo cultural y política [2006-2009]
(Ediciones Arlequín, Guadalajara, 2009)