necesita,
por fuerza,
de una vestidura,
un velo traslúcido
como el humo sin exceso
o la impureza de una sustancia
disuelta en agua.
Hay quien busca
salvar algo indefinible:
una escritura
que convierta la piel
en hogar de testimonios.
No aspiro a tanto.
Mi fe apenas alcanza
para el intento.
(No había colocado aquí poemas, pero creo que de algo puede servir para que algún arbitrario visitante los lea. No ha sido publicado en otro sitio y ojalá, por lo menos, no distraiga a nadie de nada importante...)