sábado, 16 de junio de 2018

Aferrarse a la posibilidad...

Existen verdades tan atroces que no deberían expresarse en voz alta, tan horrendas que incluso conocerlas es arriesgarse a sacrificar una parte esencial de la propia humanidad, es existir en un mundo más frío y cruel. La paradoja estriba en que si uno no quiere que todo a nuestro alrededor se convierta en un osario, hay quienes deben aceptar esas verdades y a la vez mantenerse siempre aferrados en el fondo de su corazón, de su alma, a la posibilidad de que por una vez, sólo por una vez, el mundo los contradiga, a la posibilidad de que, en esta ocasión, Dios no haya cerrado los ojos.

John Connolly
Cuervos
(Tusquets Editores, México, 2013)