Los que se levantan temprano a fuerzas constituyen un grupo social descontento, en donde se gestarían revoluciones si sus miembros no tuvieran la tendencia a quedarse dormidos. En vez de revolucionar bostezan y sienten que el destino les hizo trampa.
Los que madrugan por gusto son peores.
Jorge Ibargüengoitia
Sálvese quien pueda
(Asociación Nacional del Libro AC, México, 2013)