EN UN BARRIO SILENCIOSO Y ALGO PERIFÉRICO
DONDE VIVE EL ESCRITOR
Usted manejará como un maestro
prematuro
la conciencia del narrador pero no había
necesidad de arrollar a ese perro:
no esquivó una ambulancia ni fue que se enfrentara
al dilema moral
de aplastar una anciana
en su hogar.
Usted lo hizo sólo por maldad
y porque nadie lo estaba mirando.
Ángel Ortuño
El amor a los santos
(Ediciones El Viaje, Guadalajara, 2015)