sábado, 28 de julio de 2012

Comunión sin interrupciones...

Dios habla a los niños también en los sueños y a través de los oráculos que acechan en la oscuridad. Pero es en soledad, por encima de todas las cosas, cuando se hace audible para el corazón meditabundo. Dios mantiene con los niños una "comunión sin interrupciones". La soledad, a pesar de ser tan silenciosa como la luz, es, también como la luz, la más poderosa de las agentes, y un elemento esencial en la vida de cualquier hombre.

Thomas de Quincey
Bosquejos de infancia y adolescencia 1785-1800
(Sexto Piso, Madrid, 2012)