viernes, 6 de enero de 2012

Porque jamás desaparece...

Los accidentes son cosa de gente desafortunada, y la mala suerte puede transmitirse de padres a hijos, como un gen que sale a la luz y vuelve a ocultarse a lo largo de generaciones pero nunca desaparece.

Tania James
Mapa de los lugares sin nombre
(Ediciones Salamandra, Barcelona, 2011)