jueves, 26 de enero de 2012

El estado más vulnerable...

Los escritores piden a sus amigos que lean sus manuscritos –textos emborronados y provisionales– a fin de que les den ánimos. Este oficio solitario nos hace propensos a la paranoia, por lo que siempre nos vienen bien unas palabras de aliento. Además, a menos que un escritor crea que una obra suya es muy buena, no la somete al escrutinio de otros en busca de comentarios favorables. Después de eso, con la publicación, se emiten muchos juicios sobre la obra, pero para entonces el autor ya ha pasado a otra cosa. Así pues, el primer repaso y los primeros elogios son fundamentales y, a menudo, lo único que importa. Se trata de la oportunidad única de echar un vistazo al alma del escritor en su estado más vulnerable. Ningún escritor se expondría a ello sin esperar alabanzas a cambio.

Paul Theroux
La sombra de Naipaul
(Ediciones B, Barcelona, 2002)