martes, 20 de mayo de 2008

Nitidez

Hace días, se dictó sentencia condenatoria en contra del poeta Sergio Witz, por aquella dichosa querella en la que se determinó juzgarle por la publicación de un poema en el que, de acuerdo con sus acusadores, "ofendía" a un símbolo patrio.
---El juez calificó la sentencia como "mínima", y aseguró que "servirá de ejemplo" y como "un mensaje para quienes abusan de la libertad de expresión". Ahora bien, la dichosa multa simbólica (50 pesos), dijo el juzgador, contribuirá también a "desalentar conductas antisociales de quienes atentan contra el patrimonio cultural de nuestro país y de los símbolos patrios que lo representan". Y todavía más, en opinión del juez, es necesario que "se resocialice al autor del poema para que no reincida en cuanto a cometer un delito que ofende la moral y la seguridad pública de México".
---Si con este tipo de retórica el probable lector no se ofende, entonces no sé ya qué pensar. Es cierto que este país tiene mejores ejemplos del absurdo al que llega la impartición de (supuesta) justicia, pero no deja de sorprenderme las casi nulas alusiones o menciones en la prensa acerca del particular.
---Lo único cierto, en mi muy limitada opinión, es que la decisión de la corte no representa más que una muestra del más nítido fascismo y un precedente lamentable que sólo puede parecer óptimo a quienes compartan semejante idea acerca de la publicación de un poema que (más allá de su discutible calidad literaria) no hace sino levantar la voz sobre un hecho particular, visto desde una óptica particular, a la luz de un lenguaje particular.
---No conozco a Sergio Witz y este espacio es de limitado alcance, pero (sin erigirme en tribuna de nada) sólo diré que esta clase de pronuniciamiento me produce la mejor repugnancia. Y qué inermes, ahora sí, los hijos de esta patria...