El miedo nos protege, nos avisa, quizá incluso nos ayude a soportar lo insoportable.
El miedo y el olvido van juntos, naturalmente. Pero no más que el miedo y la memoria.
Si no hubiéramos necesitado el miedo para sobrevivir como especie, no lo habríamos sentido.
Del mismo modo que los poderes de la imaginación y la sugestión, que también son instrumentos de supervivencia de una exactitud prodigiosa.
Henning Mankell
Arenas movedizas
(Tusquets Editores, México, 2015)