domingo, 23 de junio de 2019

Nacimiento de agua...

Hermes acababa de nacer.
En el hospital, Marta estaba descansando. Y nadie sabía cómo estar feliz, pero la felicidad era fuerte y crecía dentro de cada uno. Era como si tuvieran un nacimiento de agua en el pecho y el agua fuera la felicidad. Sucedió un milagro que transformó en lágrimas las lágrimas. Tenían las manos en el pecho. Tenían párpados que se cerraban lentamente sobre los ojos para sentir la lluvia suave de esa felicidad que los cubría, los inundaba.
Pasó una hora. El teléfono volvió a sonar.
Yo acababa de morir.

José Luís Peixoto
Cementerio de pianos
(Ed. Arlequín, Guadalajara, 2018)