lunes, 7 de diciembre de 2015

Un préstamo cuyo cuidado olvidamos...

Los autores ya sólo hablan para sí mismos. Hacen como si el lenguaje sólo les perteneciera a ellos, cuando en realidad sólo nos ha sido prestado a quienes estamos vivos por un tiempo indeterminado. Sólo se nos permite emplearlo. En realidad les pertenece a los muertos y a quienes aún no han nacido. Tenemos que tratar esta posesión con mucho cuidado.

Gustav Janouch
Conversaciones con Kafka
(Ed. Destino, Barcelona, 2006)