sábado, 16 de noviembre de 2013

Un sano prejuicio...

Tengo el prejuicio de que la literatura no puede ser simple espectáculo: de que a menos que el escritor corra un riesgo personal -a menos que el libro haya sido para el escritor, en cierto modo, una aventura hacia lo desconocido; a menos que el escritor se haya planteado un problema personal de difícil solución; a menos que el libro acabado tenga que haber vencido una gran resistencia-, no merece la pena leer su obra. Y en mi opinión, desde el punto de vista del autor, tampoco merece la pena escribirla.

Jonathan Franzen
Más afuera
(Ed. salamandra, Barcelona, 2013)