viernes, 4 de noviembre de 2011

Sólo que sea por eso (tal vez)...

Nunca podría escribir sobre hechos reales de mi vida, no sólo porque ésta, como la de casi todos los escritores, no tiene nada de extraordinario o interesante, sino también porque de sólo pensar que alguien conozca mi intimidad me empiezo a sentir mal. Evidentemente podría camuflar los hechos con una apariencia de ficción, pasando de primera a tercera persona, añadiendo un poco de drama y comedia inventados, etcétera. Eso es lo que hacen muchos escritores y tal vez ésa sea la razón por la cual su literatura es tan fastidiosa.

Rubem Fonseca
El cobrador
(Cal y Arena, México, 2011)