viernes, 10 de junio de 2011

Lo contrario, por si no sabía...

La filosofía no es, ni tiene por qué ser, el catecismo laico de la buena conducta. No se espera de la filosofía que desgrane el rosario de las reglas del saber vivir, ni que venda al mejor postor las recetas supremas del placer privado y la felicidad pública. Todo lo contrario, la filosofía es inquietante. La filosofía es inquietud. Según Kant, es "un campo de batalla" (Kampfplatz). Según Platón, es un "enfrentamiento de gigantes".

André Glucksmann
Mayo del 68: por la subversión permanente
(Editorial Taurus, México, 2008)