miércoles, 4 de noviembre de 2009

Para quienes se sienten tranquilos...

Nadie pone objeciones a que se destruyan los ídolos. Al mismo tiempo, nadie pone objeciones a convertirse en un ídolo. Pero los que pueden estar sentados tranquilamente sobre el altar de los ídolos son aquellos que son más bendecidos por los dioses, es decir, idiotas, malhechores o héroes.

Ryûnosuke Akutagawa
Kappa
(Paradiso Ediciones, Buenos Aires, 2006)