jueves, 4 de septiembre de 2008

Peludio

Hete aquí que ya vienes,
no hay otra alternativa que…

Abigael Bohórquez

I
Arenómada,
casi polvo de tan dispersa,
deslizueña en mi piel
masturvestida de viento y adioses.

II
Lujariosa,
débil demonio sin descanso,
lanza palabrasas
sobre este sordo,
cuerpobrecido ser que invadesdeñas.

III
Enloquesísmica,
profetípica,
acertijuega salivosa
en mi cuello que te llama,
que reclama
tu desastropical tacto
de aurora coronada.

IV
Mujerguida,
altivasta,
que sobervienes con artes
de prostitutriz con disfraz,
de damacróbata fragilástica,
no pongas en entredicho
mi falosado afán de vulvaciarme.

V
Ahuyentómame,
enfermámame,
salvadócil lumbre de plateados dedos;
despiertímame,
asombrázame,
bella bestiamada que sabe
donde sus dedos detonan,
donde labra su labio con limpieza
cicatristes marcas en mi cuerpo;
muerdecídete
y acobárdame la duda
que te miente,
que te mata.

VI
Toscándida,
arcaecida belleza
de muslocos movilentos;
amantórrida,
que dejas luz donde tu lengua pasa,
déjame serte solo,
solo y sin tiniebla;
permíteme volverme
pulposible enamorado,
amantosco,
osculoco explorador de tu axila;
déjame
libidivinizarte
en peludóciles vías
con mi dedo y con mi lengua,
leperávidos viajeros de humedades.

VII
Cuerposesa,
nalgáname un segundo
del tiempo que se agota
y el mar que se avecina,
penestruja la blandura de mi carne,
reincídeme,
repíteme,
acábame.

* Atendiendo a una petición coloco este poema aquí. Por alguna extraña razón a ciertas personas les gusta o por lo menos les divierte. Este mes cumple 15 años de haber comenzado a escribirse, bajo la guía de Abigael Bohórquez, entonces mi maestro (y, desde entonces, siempre)...