viernes, 23 de abril de 2010

martes, 20 de abril de 2010

Un átomo de los que resultan...

Un artista que triunfa es un artista incompleto. La misión del artista es vivir una vida completa: el éxito, como un mero episodio (que es cuanto puede ser); y el fracaso, como el desenlace real, final. La muerte, analizada en los átomos que de ella resultan, ¿qué es sino la reivindicación de un fracaso, el rechazo eterno a los poderes, los deseos, los apetitos que han supuesto un estorbo a lo largo de la vida? El más noble verso del poeta, la más grande escena del dramaturgo, versan siempre sobre la muerte; porque la suprema función del artista es reflejar la belleza del fracaso.

Oscar Wilde
*En la reconstrucción escrita de una conversación, por la pluma del escritor Laurence Housman. Citado en el libro Oscar Wilde en París (Tusquets, México, 2010), de Herbert Lottman.

sábado, 17 de abril de 2010

Del deber y necesidad de resistir...

Me resisto a quedarme sin dioses y sin mitos, igual que me resisto a quedarme sin música y sin amor. [...] Es muy plana y muy monótona una vida sin dioses y sin mitos. Uno necesita fe. Mitos vivos, o, al menos, que funcionen. Es decir, que me funcionen a mí. Porque yo sólo puedo hablar de mi fe.

Salvador Pániker
Cuaderno Amarillo
(Plaza & Janés Editores, Barcelona, 2000)

miércoles, 7 de abril de 2010

Para amantes de la literatura de viajes...

La buena literatura de viajes debe ser un medio para explorar la historia, el arte y la política de la manera más viva posible.

Robert D. Kaplan
Fantasmas Balcánicos
(Ediciones B, Barcelona, 2005)

lunes, 5 de abril de 2010

Lecciones para buscar la escritura...

-Imposible escribir algo coherente mirando la realidad, llena de imágenes, de fragmentos, la cabeza a punto de estallar, la dignidad, la identidad, que nos dan las palabras, cuando nuestra propia imagen está por los suelos.

-Una frase o una imagen siempre me han servido como una forma de derrotero en mi propia confusión o como una manera de protegerme de ciertos aspectos del mundo que me parecen inhóspitos.

-Ignoraba que escribir era más que una intención, que no podría escribir simplemente porque lo decidía sino porque esto se impondría en mí como una escritura en alto relieve sobre la piel de mi cuerpo.

-Nada me aburre más que contar una historia, nada me parece más aburrido que el mundo real o causal en todas sus acepciones. Sólo puedo escribir cuando siento que hay algo que va a aparecer en el camino, alguna dificultad concreta con el lenguaje que me dará ganas de continuar haciéndolo.

-En la literatura como en todo existen los fracasos oficiales y los fracasos privados. Los privados son los más dolorosos, porque nos confrontan con nuestra parte más vulnerable y nos desnudan frente a nosotros mismos.

-Tal vez si entendiese qué me sucede no escribiría, no tengo nada qué contar, pero necesito con todas mis fuerzas decir algo para no perderme definitivamente, en el fondo para no perder la razón y padecer un caos total en mi lenguaje, no saber existir.

-Es esa tensión entre la experiencia y las palabras que están dentro de mí, luchando por salir convertidas en una frase, que se produce la escritura, es una suerte de pelea constante. Y sin embargo no sé cómo consigo hacerlo.

Patricia de Souza
Ellos dos
(Editorial Jus, México, 2010)